
Razones para Emprender – Parte 1
Cada emprendedor que conozcas tendrá sus propias razones para hacer lo que hace. En esta serie de entradas te contaré las mías. Sírvete un café. Soy Tay Sandoval, directora de Ática Academy – ¿Qué vas a lograr hoy?
Yo no siempre tuve la idea de emprender. Ni siquiera había pasado por mi mente cuando comencé la universidad. Estudié Licenciatura en Informática en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería sin estar muy segura de mi decisión. Mi primer opción había sido la carrera de Animación y Arte Digital, sin embargo no era posible para mi familia costear esa carrera y tampoco querían que me pusiera a trabajar. Al final me quedé en Informática porque era lo más cercano que había en ese entonces para encaminarme al arte digital.
Fue muy raro y chistoso porque la mayoría de los estudiantes ya tenía nociones de programación y yo lo único que sabía hacer eran cosas muy muy básicas en HTML y CSS. Automáticamente me sentí en una desventaja horrible. Sumado a que a veces yo era la única mujer en mi salón y el ambiente era muy diferente a lo que yo conocía, pues casi nunca había tratado con hombres. Yo desconocía por completo que Ingenierías era una de las tantas carreras con un porcentaje tan bajo de mujeres
Considero que fui de las pocas mujeres que tuvieron muy pocas incidencias respecto al acoso por parte de los alumnos en el plantel. Una de las cosas que raramente se mencionan y que deberían hablarse es justo el tema del acoso. Los alumnos que lo perpetúan de verdad que toman como una virtud y un orgullo organizar redadas para acosar a las pocas alumnas que hay, gritarles tonterías y burlarse si ven alguna reacción de su parte. Les brinda un sentimiento de pertenencia que ha sido muy difícil de romper. Así mismo es necesario mencionar que existen movimientos por parte de las alumnas para acabar con esas “tradiciones”. Una no se imagina que ingresando a Ingenierías sería imperioso aprender a alzar la voz para este tipo de problemáticas. Con el tiempo, comprendí que era una de las habilidades que todos los emprendedores deben tener.
No callarse ante algo que está mal y ser el cambio que quieres ver
Yo era una alumna tremendamente introvertida. Podríamos decir que tuve amigos porque ellos “me adoptaron” y se encargaron de que a mi nadie me acosara.
Mis primeros empleos fueron tremendamente rutinarios. Mis primeros dos trabajos fueron en empresas internacionales y mis siguientres tres empleos serían en startups de mi ciudad. Entre todos ellos se juntó una serie de sentimientos y pensamientos de inconformidad, de desasosiego, de injusticia, de desilusión, de sentir que no encajaba en ningún lugar, que no pertenecía a nada de los lugares por los que había estado. Odiaba como no tienen idea el ambiente tan competitivo, tan lleno de intrigas, mentiras y chismes, de falsedad. Donde el mejor trabajador es el que le lleva el chisme fresco a la jefa, donde la jefa le da notorias preferencias a los hombres sobre las mujeres. Donde te dicen qué debes hacer paso por paso, sin lugar a la creatividad ¡Ni siquiera había libertad para vestir! Todo eso fue la muerte para mi, porque puedo tolerar muchas cosas pero jamás voy a tolerar que me quiten mi libertad y mi creatividad.
Y bien. Entre todo eso me quedó muy clara una cosa. Si yo quería un lugar como el que yo soñaba para trabajar, tendría que construirlo yo misma.
Y así comenzamos con este viaje para emprender.
En las futuras entradas les contaré la serie de proyectos y acontecimientos antes de crear Ática Academy, mi pequeño y querido bebé.
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